EFE. ROMA, Copiado Martes, 26 de mayo de 2009 - 06:00 h.
La estabilidad de los precios de fuentes energéticas como el petróleo y su posible escasez de suministro una vez superada una crisis económica en la que ha bajado la demanda centraron el debate, ayer en Roma, de la primera de las dos jornadas del llamado G-8 de Energía.
Durante la primera jornada de la cumbre, se abordaron los datos del último informe de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), que arroja un balance inquietante. Según este informe, una persona de cada cuatro en el mundo, es decir, 1.600 millones de personas, viven aún sin electricidad y la crisis económica puede agravar este dato en un futuro.
Esta cumbre aborda en la capital italiana el presente y el futuro de los principales asuntos que competen al mercado energético mundial. Para ello, delegaciones gubernamentales de 22 países, entre los que están México y Brasil, abordaron el impacto de la crisis económica sobre el mercado de energía y las medidas a adoptar para afrontar las menores inversiones ante la recesión.
En las primeras reuniones de ayer, tanto los representantes empresariales como los gubernamentales coincidieron en la necesidad de acometer fuertes inversiones para evitar una carestía energética tras la salida de la crisis económica.
La eficiencia energética
Este escaso suministro energético puede llegar a producirse, dijo el ministro italiano del ramo, Claudio Scajola, por el frenazo de la demanda que ha reducido los niveles de producción y por la mayor dificultad que tienen ahora las empresas para recibir créditos para invertir.
"Hay que favorecer la transparencia y la estabilidad de los mercados. Los precios sostenibles y equilibrados nos permiten conjugar mejor el crecimiento económico, el desarrollo tecnológico y la tutela del medio ambiente", dijo Scajola, ministro italiano de Desarrollo Económico.
Según él, anfitrión de la cumbre en cuanto a que Italia ostenta la Presidencia del G-8, los bajos precios del petróleo "pueden favorecer la recuperación del crecimiento económico, pero desincentivan las inversiones en eficiencia energética, fuentes renovables y reducción de las emisiones".
"Queremos la estabilización de los precios", dijo el secretario de Estado de Energía de Estados Unidos, Steven Chu. El presidente de la petrolera italiana Eni, Roberto Poli, apostó por mantener el precio del crudo entre los 60 y los 70 dólares el barril para garantizar el regreso de los productores a los niveles de antes de la crisis.
En el G-8 de Energía participan las siete mayores economías, Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Canadá, Japón, Italia y Alemania, más Rusia, así como Brasil, China, India, México, Suráfrica, Arabia Saudí, Corea del Sur, Egipto, Argelia, Australia, Libia, Nigeria, Ruanda y Turquía.
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