EFE. La construcción de las instalaciones que albergarán el primer reactor experimental de fusión del mundo en Cadarache (Francia), dentro del programa Iter, en el que participan la Unión Europea y seis países más, ha comenzado ya esta primavera con la intención de que pueda estar en funcionamiento en 2018.
Así lo ha explicado hoy Didier Gambier, director de la agencia europea Fusion for Energy (F4E), en la visita que el presidente de la Generalitat, José Montilla, ha hecho a la sede barcelonesa de este organismo que, desde 2007, gestiona la participación de la UE en este programa internacional.
El Iter, que prevé una inversión de 10.000 millones de euros (4.000 procedentes de la UE), y en el que participan también Estados Unidos, China, India, Japón, Corea del Sur y Rusia, tiene como objeto demostrar la viabilidad de recrear en la Tierra la fusión como fuente de energía limpia.
La energía de fusión pretende reproducir la reacción física que se da en el Sol: cuando los núcleos atómicos ligeros se fusionan para formar otros más pesados, que generan una gran cantidad de energía, un proceso difícil de reproducir ante la necesidad de calentar gases hasta temperaturas extremas (de millones de grados centígrados) para producir una gas eléctricamente cargado (plasma).
El dominio de la fusión proporcionaría una fuente de energía sostenible y prácticamente ilimitada.
Un ejemplo: para satisfacer las necesidades energéticas eléctricas de una ciudad de un millón de habitantes durante una semana son necesarias 250.000 toneladas de petróleo, 400.000 toneladas de carbón, o tan sólo sesenta kilos de combustible de fusión.
Gambier ha explicado que en estos momentos se ha acabado ya el anteproyecto y que el siguiente paso será la contratación de las obras del futuro Iter, "un momento delicado pero a la vez muy ilusionante", ha asegurado.
En el experimento del programa Iter, que pretende ser capaz de generar 500 millones de vatios de forma continuada durante quinientos segundos, se utilizarán como combustibles para la fusión dos isótopos del hidrógeno: el deuterio y el tritio.
Entre las ventajas de la energía de fusión que han explicado Esther Barbero y Ferran Albajar, dos de los investigadores catalanes que participan en el programa, figuran que además de utilizar un combustible abundante en la Tierra, como el agua, no genera residuos radiactivos de larga duración, no emitirá C02, y las centrales de fusión no presentan riesgos de reacción en cadena.
"Hemos de demostrar no sólo la viabilidad científica de la fusión, sino que además hay que hacerlo en la Tierra con los materiales que tenemos en la Tierra, y con sus límites materiales y tecnológicos; ése es el gran reto del Iter", ha explicado Albajar.
Como no existen elementos que resistan temperaturas de millones de grados, el experimento buscara mantener el plasma flotando dando vueltas en un punto sin contacto material.
El Iter se está construyendo en Cadarache, al sur de Francia, y ocupará una superficie de setenta hectáreas, unos cien Camp Nou, y el reactor en sí pesará como tres veces la Torre Eiffel de París.
El presidente de la Generalitat, José Montilla, ha afirmado que tener en Barcelona la sede de la agencia europea que se encarga del proyecto Iter "es una gran oportunidad económica, social y para el país".
En este sentido, ha Montilla, ha dicho que la agencia F4E, donde actualmente trabajan unos 180 científicos e investigadores, y que ampliará esta plantilla hasta las 400 personas, supone un "polo de atracción de talento mundial hacia Europa y hacia Cataluña"
No hay comentarios:
Publicar un comentario