Placas fotovoltaicas, turbinas eólicas, jardines verticales... son algunos de los elementos, cada vez más habituales en el terreno de los diseños arquitectónicos. La preocupación por el medio ambiente gana peso.
El mundo de la arquitectura ha decidido dar un giro definitivo en sus nuevos proyectos y apostar por los edificios sostenibles. El Príncipe de Asturias de las Artes Norman Foster, Cook+Fox, Helmut Jahn o Daniel Libeskind, son algunos de los grandes arquitectos que llevan varios años buscando soluciones para que sus diseños tengan un menor impacto ambiental en el conjunto de los procesos implicados en su construcción, desde los materiales de fabricación hasta el consumo de energía de la vivienda o del edificio.
Pero, ¿cuáles son las bases de la arquitectura sostenible? Aunque se tienen en cuenta muchos detalles, los cinco pilares básicos son: valorar el ecosistema sobre el que se asientan los proyectos, utilizar técnicas energéticas que fomenten el ahorro, contar con materiales de construcción reciclados y que no produzcan deshechos tóxicos, promover el reciclaje y la reutilización de los residuos, y mejorar la movilidad.
Existen muchos ejemplos de edificaciones ecológicas, pero quizá el más impactante sea Masdar (La Fuente), una ciudad ideada por Norman Foster que se convertirá en la primera con cero emisiones de CO2. Uno de los aspectos más paradójicos será su ubicación: Abu Dhabi, el mayor de los Emiratos Árabes y uno de los mayores productores de petróleo del mundo. Allí se alzará una ciudad capaz de albergar a 50.000 personas y que se convertirá en un centro para la investigación académica sobre tecnologías no contaminantes para producir energía.
La ciudad, de seis kilómetros cuadrados, tendrá paredes para protegerla de los vientos calientes del desierto y los ruidos del aeropuerto. Además, Masdar contará con calles peatonales angostas –no se permitirá la utilización de vehículos– y éstas estarán cubiertas por techos fabricados con paneles fotovoltaicos. El objetivo de este detalle es que el sol produzca el conjunto de la energía necesaria para la ciudad.
Para la refrigeración, el núcleo urbano contará con torres que recogerán las corrientes frías del desierto y expulsarán el aire caliente. Mientras, en el exterior de las murallas se construirán puntos eólicos, granjas fotovoltaicas, campos de investigación y plantaciones que permitirán que Masdar sea autosostenible.
Otras iniciativas
La Torre del Bank Of America de Manhattan, diseñada por el despacho Cook+Fox, se ha construido con un alto porcentaje de materiales reciclados y cuenta con un sistema de ventilación natural, una planta de cogeneración –procedimiento mediante el cual se obtienne simultáneamente energía eléctrica y térmica– y unos dispositivos sensibles a la luz solar llamados leds, además de utilizar el agua de la lluvia para humidificar el ambiente.
Aunque Estados Unidos es el país con mayor número de proyectos en marcha, el Viejo Continente también se ha apuntado a esta tendencia. En Manchester, por ejemplo, la Torre CIS tiene unos 7.000 paneles solares en la fachada y 24 turbinas eólicas en el tejado para acumular energía y calor.
El crecimiento económico de las potencias emergentes ha hecho que ciudades como Singapur también decidan edificar este tipo de inmuebles. La Torre Editt (siglas en inglés para Diseño Ecológico en los Trópicos) albergará muchos de los elementos presentes en los rascacielos ecológicos, pero también habrá otros distintivos, como un sistema de conversión de las aguas residuales en biogás. Además, la mitad de su superficie estará cubierta por vegetación, creando así un sistema natural de climatización y aislamiento.
La Torre Shangai, que terminará de construirse en 2014, se convertirá en el edificio más alto de China con 632 metros. El rascacielos tendrá elementos ajardinados verticales, turbinas eólicas y sistemas para aprovechar el agua de lluvia.
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