ABU DHABI, Emiratos Arabes Unidos -- Con una de las emisiones de carbono per cápita más altas del mundo, estos emiratos ricos en petróleo parecerían un lugar poco probable para una revolución verde.
La gasolina se vende en 12 centavos de dólar por litro. Hay poco transporte público y no se practica el reciclaje. Los residentes se desplazan de departamentos con aire acondicionado a centros comerciales con aire acondicionado, que están iluminados las 24 horas del día los siete días de la semana.
Sin embargo, los líderes de la región saben de energía y dinero, tras crear su riqueza en base al petróleo. Comprenden que el petróleo es un recurso finito, vulnerable a la competencia de las nuevas fuentes de energía.
Así que los estados del Golfo, que incluyen a los emiratos, Qatar y Arabia Saudita, ya están realizando una campaña concertada para convertirse en el Valle del Silicio de la energía alternativa.
Están invirtiendo agresivamente miles de millones de dólares ganados en los campos petroleros en nuevas tecnologías verdes. Están estableciendo fondos de inversión de tecnología limpia de mil millones de dólares. Y están destinando millones de dólares a proyectos de investigación en universidades desde California hasta Londres, pasando por Boston, y creando parques de investigación ecológica en casa.
"Abu Dhabi es un país exportador de petróleo, y queremos convertirnos en un país exportador de energía, y hacer lo que sea necesario para ser excelentes en las nuevas formas de energía", dijo Khaled Awad, director de Masdar, una futurista ciudad libre de carbono y parque de investigación que está afiliado con el Instituto Tecnológico de Massachusetts y que está surgiendo en el desierto a las afueras de Abu Dhabi.
Estas son inversiones a largo plazo en un futuro de energía alternativa que no parece probable que puedan revertir los declinantes precios del petróleo ni la depresión global. Aun cuando el mercado de bienes raíces local está hundiéndose, líderes en la política, la industria y la investigación en todo el mundo llegaron en tropel a este distante reino el 19 de enero para la segunda Cumbre Mundial de Energía del Futuro, que apenas un año después de su nacimiento aquí se ha convertido en una especie de reunión de Davos en torno a la energía renovable.
"La verdad es que localmente el dinero escasea como en todas partes y el mercado de bienes raíces ciertamente está realizando una corrección a la baja", dijo Richard Hease, cuya compañía basada en Abu Dhabi, Turret Middle East, organizó la conferencia. "Pero en el frente de la energía renovable, la actividad sigue como de costumbre".
Esta nueva inversión pretende mantener la posición dominante del Golfo como proveedor de energía global, obteniendo patentes de las nuevas tecnologías y promoviendo la manufactura verde. Pero si Estados Unidos y la Unión Europea han establecido la independencia energética de los estados del Golfo como un objetivo de los nuevos esfuerzos en la energía renovable, podrían encontrar que están llegando tarde a la fiesta.
"El liderazgo en estas tecnologías avanzadas es un título que Estados Unidos puede perder fácilmente", dijo Peter Barker-Homek, director ejecutivo de Taqa, la compañía nacional de energía de Abu Dhabi. "Aquí tenemos impuestos bajos, una población joven, accesibilidad al mundo, abundantes recursos naturales y disposición para invertir en capital inicial".
La visión de un futuro renovable en el golfo no está tan arraigada en un sentimiento ecologista confuso -- aunque eso está empezando cundir -- sino en el análisis del futuro económico de la región y los estilos de vida elevados de sus ciudadanos.
"Uno ve lo que los estados del Golfo han logrado en términos de infraestructura moderna y arquitectura hermosa, pero esto ha tenido lugar a un precio ambiental muy alto", dijo Awad de Masdar, de pie en medio de un campo de 40 tipos de paneles solares que los ingenieros del proyecto están probando, y usando para suministrar electricidad a las oficinas.
"Sabemos que no podemos continuar con esta emisión de carbono", dijo. "Tenemos que cambiar. Esta es la razón de que Abu Dhabi deba desarrollar nuevos modelos; por el planeta, por supuesto, pero también para no poner en peligro a Abu Dhabi".
El mundo está consumiendo ahora 80 millones de barriles de petróleo diarios, y eso pudiera seguir aumentando considerablemente en las próximas décadas si las tendencias de población y consumo continúan. Eso pudiera significar tener que añadir la producción petrolera de seis Arabia Saudita para satisfacer la demanda, según Barker-Homek, en un momento en que los científicos están advirtiendo que es necesario reducir significativamente los niveles de carbono para evitar un calentamiento global potencialmente desastroso.
Para compensar sus posiciones, sin embargo, una generación cada vez más sofisticada de líderes en el Medio Oriente, en gran medida educados en Occidente, está aprovechando las oportunidades de la industria verde, financiando la investigación en naciones distantes.
El príncipe heredero de Abu Dhabi, el más rico de los siete emiratos que conforman los Emiratos Arabes Unidos, anunció en enero de 2008 que invertiría 15,000 millones de dólares en energía renovable. Esa es la misma cantidad que Barack Obama ha propuesto invertir -- en todo Estados Unidos -- "para catalizar los esfuerzos del sector privado para crear un futuro de energía limpia".
Masdar, la ciudad modelo que no generará emisiones de carbono, está vinculada a las ambiciones del príncipe heredero. Diseñada por Norman Foster, el arquitecto británico, incluirá un campus satelital del Instituto Tecnológico de Massachusetts, así como un parque de investigación con laboratorios afiliados con el Imperial College London y otras instituciones.
En Arabia Saudita, la nueva estatal Universidad de Ciencia y Tecnología Rey Abdullah (o Kaust, por sus siglas en inglés), dio a un científico de Stanford 25 millones de dólares el año pasado para iniciar un centro de investigación sobre cómo hacer competitivo el costo de la energía solar frente a la del carbón. Kaust, ahora en su primer ciclo de subvenciones, también dio 8 millones de dólares a un investigador de Berkeley que está desarrollando concreto ecologista.
Y tiene otros acuerdos también, con Caltech, Cambridge, Cornell, Imperial, La Sapienza, Oxford y Utrecht, por nombrar algunas instituciones.
En noviembre, el gobierno qatarí firmó un acuerdo con el primer ministro visitante de Gran Bretaña, Gordon Brown, para invertir 150 millones de libras en un fondo británico de tecnología baja en carbono, empequeñeciendo las inversiones locales del fondo.
Para el resto del mundo, la enorme inyección de dinero pudiera ofrecer el importante impulso que expertos dicen es necesario para hacer que docenas de tecnologías nacientes -- como la captura de carbono, el aluminio microsolar y de bajo carbono -- superen la etapa del desarrollo y se vuelvan efectivas en costo.
"El impacto ha sido enorme", dijo Michael McGehee, profesor asociado de Stanford que recibió la subvención saudita de 25 millones de dólares. "Ha acelerado en gran medida el proceso de desarrollo".
Director del mayor grupo de investigación de celdas solares en el mundo, McGehee había intentado infructuosamente de obtener fondos del gobierno de Estados Unidos o de industrias estadounidenses para comercializar celdas solares más baratas. El dinero para investigación es escaso, señaló.
Con el dinero saudita ha contratado a 16 nuevos investigadores y espera que las nuevas celdas de energía dominen el mercado para 2015. "La gente se asombra de ver cuán grande es esta subvención y de dónde provino", dijo, y señaló que sus subvenciones pasadas del gobierno de Estados Unidos fueron de una quincuagésima parte de esa cantidad.
Expertos dicen que las enormes inversiones procedentes de los estados del Golfo ya han dado nuevo impulso a tecnologías ambientales estancadas.
Sin historia industrial, los estados del Golfo dicen que tienen la ventaja de empezar de cero en crear manufactura verde; países como Estados Unidos se ven obligados a reformar industrias enfermas, como la producción automovilística.
Además, aunque los estados del Golfo han mostrado antes poco interés en la energía verde como la eólica y la solar, tienen otra ventaja, señaló Awad mientras estaba de pie en el brillante desierto. "El sol brilla los 365 días del año", dijo.
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