http://www.ieco.clarin.com/notas/2009/01/27/01847622.html
Por Francisco de Zárate | fdezarate@clarin.com
Según el gurú energético, el fin de los combustibles fósiles vendrá con edificios que minimizan su consumo eléctrico corrigiendo las ineficiencias. El auge de las inversiones en energías renovables.
"El edificio desde el que le hablo está en lo alto de las Montañas Rocosas. La temperatura llega a 44 grados bajo cero, no tenemos sistemas de calefacción y para calentar las habitaciones y el agua usamos un 1% de la energía que se gasta normalmente. Nuestro consumo eléctrico es una décima parte del promedio en EE.UU. En 1983, cuando se construyó, el costo extra fue sólo de US$ 16 por metro. Se recuperó en 10 meses".
La historia que el estadounidense Amory Lovins (61) cuenta acerca de las oficinas de su consultora, el Rocky Mountain Institute, parece la versión ecológica del 'pierda peso sin dejar de comer'. Pero en su discurso no hay charlatanería ni exceso de optimismo. Nombrado por The Wall Street Journal como una de las personas cuyo pensamiento puede cambiar radicalmente la industria mundial, Lovins forma parte del debate científico desde 1976, cuando publicó en Foreign Affairs su visión de un EE.UU. emancipado de los combustibles fósiles gracias a la eficiencia energética. Entonces defendió que si las fuentes renovables se habían considerado insuficientes para generar la energía necesaria era porque dentro de eso que se creía necesario había mucho despilfarro corregible.
Hoy cuenta entre sus clientes a empresas como General Motors o Shell, que con él mejoran sus credenciales verdes y bajan la factura de la luz. También recibió pedidos desde México, la Argentina y Brasil, para diseñar edificios que minimizan sus consumos corrigiendo las ineficiencias y producen electricidad con el sol de sus tejados, el viento de sus terrazas y el calor que dentro de ellos se genera. Y todo, con un costo de construcción inferior al del edificio tradicional.
La historia que el estadounidense Amory Lovins (61) cuenta acerca de las oficinas de su consultora, el Rocky Mountain Institute, parece la versión ecológica del 'pierda peso sin dejar de comer'. Pero en su discurso no hay charlatanería ni exceso de optimismo. Nombrado por The Wall Street Journal como una de las personas cuyo pensamiento puede cambiar radicalmente la industria mundial, Lovins forma parte del debate científico desde 1976, cuando publicó en Foreign Affairs su visión de un EE.UU. emancipado de los combustibles fósiles gracias a la eficiencia energética. Entonces defendió que si las fuentes renovables se habían considerado insuficientes para generar la energía necesaria era porque dentro de eso que se creía necesario había mucho despilfarro corregible.
Hoy cuenta entre sus clientes a empresas como General Motors o Shell, que con él mejoran sus credenciales verdes y bajan la factura de la luz. También recibió pedidos desde México, la Argentina y Brasil, para diseñar edificios que minimizan sus consumos corrigiendo las ineficiencias y producen electricidad con el sol de sus tejados, el viento de sus terrazas y el calor que dentro de ellos se genera. Y todo, con un costo de construcción inferior al del edificio tradicional.
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