Lunes
Publicado en el Periódico HOY, en Octubre 2005
Ciencia y tecnología
JORGE DE LEÓN
Lograr un desarrollo integral de una Nación de escasos recursos, requiere de un liderazgo fuerte que auspicie organizar el marco regulador que orienta las políticas, estrategias y tácticas en la creación de un “Sistema de Innovación, Ciencia y Tecnología”, que norme las actividades científicas y de indagación, con la implantación de mecanismos institucionales y operativos para la promoción, estímulo y fomento de los procesos de investigación, que impulsen la sociedad del conocimiento y la transferencia tecnológica, posibilitando la vinculación efectiva entre la sociedad, la ciencia y las tecnología contribuyendo al bienestar del pueblo, la reducción de la pobreza, el respecto a la dignidad humana y la preservación del hábitat.
La reforma de mercado, los tratados de libre comercio y la globalización tienen que ofrecer una ruta más efectiva hacia la expansión de las tecnología, para desafiar la incertidumbre que generan los cambios mundiales. La capacidad de producir conocimientos, y la alta inversión de recursos en la investigación son las principales trabas que atan las Naciones pobres al sub-desarrollo vegetativo, que como se ha demostrado son estas ventajas tecnológicas las que generan estas tendencias, aumentando la distancia en la búsqueda de la equidad y del desarrollo social competitivo, como lo expresara Juan Pablo II: “Necesitamos un nuevo orden mundial, más estable, más justo, más humano”.
La necesidad de que las políticas del sector se consoliden, con la participación generalizada en consenso, con soberanía de las exigencias del libre mercado, y de los intereses mercuriales de grupos y sectores, demanda un acuerdo patriótico para la inyección o asignación de mayores recursos públicos y privados, que diseñe modelos de gestión más democráticos y eficaces, para incentivar a las instituciones que forjan recursos humanos en todos los niveles, con una planificación para la innovación, la ciencia y la tecnología autóctona, promoviendo una educación de calidad con programas armónicos, buscando nexos de unión entre investigadores, inversionistas, instituciones, empresas y sociedad en un esfuerzo colectivo de articulación, orientado a lograr que las próximas generaciones alcancen su máximo potencial al asumir un compromiso pleno con el bienestar de la población.
Educar a las nuevas generaciones en ciencia y tecnología: usando innovación pedagógica de información y comunicación en un contexto glocal (global y Local). Aceptar los conceptos de biotecnología y su fronteras éticas, moral y religiosa, de frente a las transformaciones del progreso condicionado por factores económicos, culturales y políticos, como lo expresara el ex presidente Colombiano Ernesto Samper “Si no conseguimos una especie de equilibrio ético respecto al reparto del conocimiento, vamos a crear una especie de “Apartheid Tecnológico”. Las importaciones de productos y de capacidades, incluidas por las donaciones y préstamos que las naciones desarrolladas y los organismos multilaterales promueven en nuestros países bananeros, que luego hay que pagar con divisas generadas por los productos y servicios sin valor agregado y sin contenido tecnológico, preñado únicamente de sudor, mostrando la desigualdad en el consumo tecnológico de alto nivel, es lo que hay que salvar encendiendo la incubadora de la investigación, el conocimiento y el impulso tecnológico que sirva de base al desarrollo integral, de nuestra lánguidas poblaciones azotadas por el hambre ancestral, en tecnologías reproductivas que mejoren la ganadería, la agricultura y preserven los bosques, motorizando la mejora de la calidad de vida y la modernidad.
Las recomendaciones mínimas son que el país debe tener al menos dos por cada mil de su población dedicada a la ciencia pura y aplicada, como meta a cumplir por los futuros gobiernos, si queremos seguir en paz en tiempos globales. La creación de un Gabinete Tecnológico donde participen todas las instituciones relacionadas con el tema, que tenga por objetivos, puntualizar las políticas del sector y las inversiones prioritarias para contribuir con el crecimiento de un desarrollo equitativo de las nuevas descendencias y el bienestar de la educación y la salud pública, la protección del medio ambiente, el combate a la pobreza y la promoción de nuestros valores vernáculos.
El bienestar de las futuras descendencias estará trazado por el camino tecnológico que diseñemos hoy.
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